Y comienza otra vez [Priv. Claire]

Y el niñito dio unas vueltas por si mismo, riendo alegre ante las noticias que acababan de llegar. ¡El hospital se abriría de nuevo! ¡Pese a todas los problemas que él y las demás entes causaban! A veces pensaba que la gente ahí era masoquista, y solo seguían intentando por mero morbo a lograr alguna vez divisar a algún fantasma, o vivir una de esas tan “geniales” experiencias paranormales que ellos les brindaban… Ah, si fuera por él ya le habría lanzado una ventana a alguno de ellos por mero aburrimiento.

—¿Y qué dices? ¿Vamos a seguir con lo de siempre? —preguntó en un tono ligeramente coqueto a Claire, otra de las entes que junto con él disfrutaban de la vida plena jodiendo a los demás por sus intereses—. Será lindo no tener que molestar meramente a los guardias… los niños son más interesantes cuando gritan~

Deak llevó una mano a revolver su cabello, antes de sentarse sobre el escritorio recién colocado por los obreros. Separó los brazos como abrazando al aire, soltando una risita algo infantil antes de caer de espaldas contra la superficie de madera. Ese pequeño despacho era de su propiedad… aún no se sentía cómodo con la idea de que alguien más osara tocarlo. Ay de la pobre alma desgraciada que llegase a tomar lugar en él—. Todo esto debería ser mío… ¿No crees querida?~

Por el contrario que el moreno, Claire no se veía tan contenta con respecto a la noticia, es cierto que ahora asustar a la gente sería más divertido, pero estaba el punto de que la tranquilidad que habían tenido se iría al traste. Giró su cabeza para mirarle y se cruzó de brazos mientras se ponía boca abajo en el aire.
-¿Qué otra cosa si no?-dijo en respuesta.-No hay nada mejor que hacer más que asustar a esos desgraciados-sonrió levemente.-Y tienes razón, me muero de ganas porque traigan niños~ sus grititos son música-en eso ambos estaban más que de acuerdo, bueno, en eso y otro gran cantidad de cosas más, claro.
Se acercó también a la mesa y decidió a quedarse tumbada a un lado de Deak, al fin y al cabo la compañía de ese chico era la única que más le agradaba en todo el edificio y se sentía afortunada de tenerle cerca. Le miró de reojo y sonrió de lado, sabía que él en especial lo iba a pasar muy bien porque al fin y al cabo aquel lugar le pertenecía con más derecho que a cualquier otra persona que se dignase a llamarse "director" de aquel hospital.
-Por supuesto que sí... tuyo y de nadie más-hizo una leve pausa.-Y por eso sé que que lo vas a pasar bien en este cuarto.

De repente el chico dio un leve chasqueo con la lengua, dando media vuelta por sí mismo, quedando levitante sobre el cuerpo de la fantasma. Su ego era una de las pocas cosas que aún mantenía intacta con el paso del tiempo, y que la rubia se lo alzara más era simplemente perfecto. Y es que… ¡Tenía razón! Ese lugar era suyo por mero derecho, él había nacido para llevar el titulo de director general, y no pensaba dejar que cualquier imbécil usar ese lugar.

Miró a la niña con una sonrisita, antes de pegar un salto y quedar sentado en el aire, con las piernas en la posición del loto, como si estuviese realmente concentrado en algo—. Bien… solo hay que estar seguros de que no vamos a dejarles las cosas fáciles… No puedo permitirme que crean que el usurpador que venga a colocarse aquí sea un buen director —y alzó los hombros, riéndose un tanto.

Bajó los pies a tierra, haciéndose táctil, y le envió una sonrisita de burla a la otra—. ¿Vamos a dar una vuelta antes de que esto se llene de imbéciles, querida? —preguntó sonriendo de aquel modo tan burdo que tenía.

Iba a asegurarse de que en cada pared del establecimiento se notara que eran ellos quienes mandaban, y no esos jodidos humanos que creían eran alguien importante.

Le observó curiosa desde su chasqueo de lengua hasta que se hizo tangible, realmente no evitaba el preguntarse que se le pasaba por la cabeza al moreno, pues siempre reaccionaba de formas muy variables que en cierto modo la hacían sentir que todo era más emocionante.
Esa sonrisa solo hizo que ella frunciese el ceño marcase una similar a la del otro, y como no, le siguió volviéndose tangible también.
-Está bien, estoy cansada de no hacer nada lo suficiente útil aquí-habló despacio y estirando los brazos.-Espero que la primera impresión que consigan llevarse de este lugar no sea una agradable~
Se acercó hasta la puerta y tomó el pomo para abrirla.

Él solo le siguió, moviendo lentamente el cuello de un lado a otro, como preparándose para entrar a un ring… aunque no había mucha diferencia. Sonrió con recelo antes de juntar su mano con la de la otra, abriendo la puerta de repente para toparse con aquel montón de obreros aún reparando el hospital. Ah, lindo, mucha gente pero…

— Será mejor no dejarnos ver… —le susurró a Claire al oído, antes de volver a su invisibilidad. Había planeado mal las cosas al parecer—. Iremos al salón principal, y… ya sabes… sangre, palabras en las paredes… será un espectáculo admirable cuando ya todos lleguen.

Esperó un poco a la muchacha, antes de jalarle consigo hacia fuera, llevándole por los fríos pasillos atestados de trabajadores y el asqueroso aroma a pintura recién puesta en el aire. Pasaban sonrientes y silenciosos, entre esa gente incapaz de verlos, avanzando hacia las escaleras para descender al hall principal. Un lindo “Bienvenidos” en rojo carmesí les enseñaría que no estaban solos~

Una vez abrió... no, abrieron, la puerta pudieron ver a todos esos tipos que al parecer ni se habían percatado de que ellos dos estaban allí y de que se acababa de abrir una puerta, ¿tan absorbidos les tenía el trabajo? Acto seguido de escuchar ese susurro se hizo transparente de nuevo.
-Me parece una idea genial~ después de esto espero que no se atrevan a traer a esos tipos...-lo último lo dijo más que como un desprecio, como solía hacer, con un ligero miedo, "esos tipos" podrían llegar a saber demasiado de ellos dos o cualquiera de los entes y eso no le hacía ni una pizca de gracia, ninguno de ellos les grabaría o fotografiaría.
Agarró con fuerza la mano de Deak y dejó que él la guiase mientras se entretenía mirando a los obreros con esos aparatos extraños y cargando herramientas y demás cosas... hmm... solo por diversión hizo que un bote de pintura se cayera al suelo poniéndolo todo perdido, mucho mejor.
-Oye~... ¿y qué más podemos hacer después? ¿O sólo lo dejamos así para ir asustándoles poco a poco?-su tono era de diversión, pensar en las mil formas de asustarles le gustaba mucho.

Apretó con nula fuerza la mano de la otra entre la suya, sonriendo en silencio, simple y callado. No le interesaban esos obreros, no, no, él quería ir directo a la nueva cabeza de aquel hospital, fuese quien fuese el desafortunado. Meneó un poco el cuerpo para pasar entre dos hombres robustos, sonriendo cuando la rubia botó el tarro de pintura y pudo pasar sin mayor problema por entre ellos. Era molesto pensar que había gente así en su lindo, lindo hospital.

— Ah, pero que impaciente, linda… no deberías ser tan mala —murmuró complacido, pero sin hacer más—. Estos hombres no merecen nuestra pena… no son ellos quienes intentarán exponernos por morbo puro~

Al fin si llegaron a las escaleras, y bajaron tranquilos y sin apuros, como si aquello no fuese más que un juego de niños pequeños, y es que… ¡Es lo que era! Apenas si sus pies tocaron el piso el pequeño portugués aplaudió con gala, y los ventanales de todo el salón se quebraron, cayendo destrozados sobre el suelo. La gente se alarmó, se oyeron gritos, y enseguida los pasos de mil varones huyendo. Ah, eso era el principio… ¡Pero qué gente más aburrida!

Su gesto fue algo parecido al de disgusto, sabía que esos obreros nada tenían que ver, solo eran unos mandados nada más, de todas formas tenía muchas ganas de hacer pagar a alguien por el daño de muchos años... bueno, podía esperar, no tendría prisas entonces.
Una vez entraron y Deak hizo explotar los cristales de las ventanas asustando a todos los presentes, cosa que le causó gracia, avanzó hacia más o menos el centro de la estancia y miró todas las paredes llevándose un dedo a los labio, pensativa.
-¿Cuál deveríamos pintar? ¿O las escribimos todas?-su tono ilusionado regresó y giró sobre sí misma un par de veces para luego pararse y mirar al moreno.-Lo que sea... pero que les deje helados cuando vuelvan a entrar aquí~
Realmente se sentía bien pensar en volver a causar problemas a los demás, pero que muy bien.

Se sentó en el suelo, mirando alrededor interesado. Las cuatro paredes que componían la sala se veían limpias y recién pintadas. Blancas a lo horizontal, con solo una pequeña línea celeste entre ellas. Había un total de tres paredes vacías, la otra era usada por la enorme puerta principal… ¿Por qué no hacerlo con las tres? Como había dicho su pequeña. Mientras más fuesen, mejor sería.

— Te dejo una a ti, ¿Si? Creo que mi mensaje es un poco más largo… —murmuró, llevándose una mano ahora tangible a los labios, enterrando los dientes para que la sangre falsa saliese de él.

Y levitó al aire, dando saltitos, subiendo, y subiendo.

Pensó un poco las palabras… debía ser delicado, no quería que la gente ahí se asustara y huyera salvajemente antes de que pudiese jugar con ellos un rato… sería algo simple, sutil. Casi como una bromita inocente jugada por niños.

“Entrar bajo su propio riesgo”. Y sonrió, llevando el dedo herido a comenzar a escribir.

Sonrió al pír aquello y le imitó para luego tomar un cristal de las ventanas ahora rotas y cortar la palma de su mano sintinedo lo que se llama dolor muy levemente, cuando estaba viva no tenía idea de lo que el dolr era, solo sabía que podía llegar a matar y ahora lo estaba sintiendo. Cerró la mano en puño y se acercó a una de las paredes quedando pensativa, las palabras tendrían que ser curiosas... un"Bienvenidos" no estaba mal tampoco, un buen recibimiento siempre es perfecto... tampoco era mala idea un "Disfruten su estancia" aunque eso sonaba mejor para los pacientes.
Una vez lo hubo pensado mejor posó la mano completamente extendida sobre la parte media de la pared y comenzó a dejar el rastro de sangre que en unos instantes formarían un bonito y aterrador mensaje.

Movimiento, alejarse un poco, ver, y movimiento otra vez, Casi podía sentir como sus manos se iban de arriba abajo por si solas, marcando en las blancas paredes a costa de sangre. Pensaba en cuáles serían sus caras al verlo, qué se preguntarían. Para ellos él nunca existió, pero él tenía más que asumido quien era, el único dueño real de ese hospital. E iba a encargarse de que todos ahí lo supieran.

— Oh, creo que el revuelo volverá pronto… —murmuró desinteresado, pasando al fin a la segunda palabra—. Se oyen ruidos de afuera… algún valiente aparecerá para averiguar porque han explotado los vidrios… ah, como si fueran a saberlo…

Y se preguntó mientras… ¿Sería muy ególatra de su parte escribir un pequeño Yuveh en la puntita?~

Dejó de "escribir" en la pared y se alejó para mirarlo bien, era completamente legible, en mayúsculas y claramente notable que era reciente. Lamió la palma de su mano aun sangrante y miró a Deak mientras él hablaba y de paso leía lo que el joven escribía.
-Entonces es perfecto, tengo ganas ya de ver sus caras al leer nuestros "saludos"-se acercó hacia él y posó a,bas manos osbre los hombros del moreno. De la que se había acercado a él había dejado un pequeño rastro de gotitas de sangre que después de verlas pensó que quedaban simplemente perfectas.
-¿Te queda mucho para acabar?-le susurró al oído yjuró poder or a los obrer hablando por el pasillos y avanzando con rapidez hacia la sala.

Los pasos de los trabajadores iban cada vez más cerca, y él ya casi estaba acabando. Movió tan solo un poco la cabeza para observar por el pasillo, riendo despacio.

— Ya casi estoy… —murmuró por lo bajo, alejando al fin la mano de la pared. Su escrito lindo y reluciente brillaba ante el sol que ingresaba por la falta de ventanales… Ah, parecía todo tan bello, similar a una linda fantasía utópica donde ese lugar era de él, solo de él—. Ahora… No podemos dejar que nos vean aquí, querida.

La jaló consigo al suelo, llevándola con él hacia detrás de los barrotes de las escaleras, haciéndose intangible ahí, quieto, y expectante. Los hombres llegaron casi con desespero al lugar, con aquel que debería ser el jefe de obras. Y gritos, lindos gritos de terror fueron lanzados. No estaban solos, había muchos que no les querían ahí, y esperaba habérselos dejado claro.

Se dejó llevar por él y siendo transparente ce nuevo no pudo más que soltar una pequeña risa, le gustaban esos gritos y todo esto comenzaba a divertirle de una manera insana y lo mejor de todo era que solo era el principio de lo mejor, que sería lo que estubiese por venir.
-Deak~, ¿les dejamos estar por hoy o les a sustamos un poco más?-le preguntó, era lo mejor, ahora no podían actuar por libre porque sino sería todo muy desordenado y aburrido, por lo menos desde el punto de vista de ella.
Ahora que lo pensaba, cuando había reaparecido después de morir todo era aburrido y mira ahora, todos los días se veían interesantes, entretenidos incluso cuando pasaba el día entero sin hacer nada.

Y los gritos se disiparon otra vez, mientras los hombres huían presurosos a por las salidas, gritando otra vez más que ese lugar estaba embrujado y cosas por el estilo. Ah, fuera de ello Deak sabía que las reconstrucciones seguirían. El hospital contrataría a otra empresa aún más lucrativa que esa, y otra vez repintarían todo, y habría pasado como si no hubieran hecho nada.

—Oh, creo que los pobres están bien por hoy, preciosa~ —musitó, dándole un rápido beso en la frente a la chiquilla, mientras se ponía de pie—. Ah, iré a mi despacho a despedirme de él por el momento… no quiero estar ahí cuando ese asqueroso humano llegue a quitarme mi lugar~

Se dejó besar la frente sintiendo ese frió contacto durante unos instantes y le siguió con la mirada unos instantes para después seguirle unos pasos por detrás.
-¿Por qué no? ¿No crees que sería más divertido estar ahí cuando llegase?-comentó mientras volviá a mirar todo lo que a los lados tenían.-Quiero decir, así tal vez no tengas que molestarte en ir en otro momento a causarle problemas, sería más fácil causárselos primero... ... ah! ¿te imaginas que le pueda dar un ataque al corazón?-se tapó la boca para evitar que su sonrisa fuera muy grande.-Qué desafortunado, ¿no crees? Morirse el primer día-no dijo más pues se entretuvo mirando al otro lado de las ventanas del pasillo y esperó a ver si el moreno decía algo.

— Ah, pero sería aburrido que solo se muriese y ya —el chiquillo se encogió de hombros, alzando los ojos rojizos al cielo, sonriente como si nada pasara en esos momentos. Era un niño, dulce e inocente, o al menos eso era lo que pensaría cualquiera al verlo—. Es mejor que valla apareciendo poco a poco, acercándome, tragándome su cordura con cada visita que le haga…

Y sonrió, con ese rostro frío e inexpresivo que él tenía. Ah, el corazón le latiría con fuerza de no ser porque no existía… ¡Era la emoción del momento subiéndosele por la garganta a modo de palabras—. Sea quien sea, le haré pagar de la peor manera~

Lo que decía sonaba bien, y se moría de ganas por verlo, al menos él ya tenía entretenimiento para un buen rato y ella necesitaba encontrar un buen hobby para cuando Deak estuviese ocupado aunque ya sabía de sobra que no tardaría en entretenerse cuando todo comenzase a llenarse, lo importante ahora era qué iban a hacer.
-Me encantaría escuchar qué más planeas hacerle ~-se acercó un poco a él y flotó en el aire para poder tomar una posición relajada.Y hablando de planes... ¿hoy qué más haremos? Podríamos esperar a que más obreros llegasen y frenar sutilmente su trabajo... o simplemente enfríar el edificio... o... no se...-se quedó pensantiva, nada bueno se le venía en mente en ese momento, maldita sea.