No quiero la ayuda de nadie {Priv.}

Estaba harta de este lugar, estaba harta de las estúpidas medicinas que no servían para nada, estaba harta de los enfermeros que insistían en llevarme a dar un paseo en mi silla de ruedas como si fuera una niña pequeña y necesitara de su ayuda pero no tenia opción, incluso si estuviera sana no tendría lugar a donde ir...mis padres fallecieron hace bastante tiempo y mi hermano...mi hermano murió en ese estúpido incendio que me dejo como estoy, debería decir que es su culpa por intentar ganar dinero estando en una pandilla y no trabajando pero es mi culpa por haber sido débil, tuve que haber dejado también la secundaria y comenzar a trabar junto con el ademas de que no me preocupe lo suficiente, quizás entonces me hubiera dicho la verdad y las cosas no hubieran terminado de esa manera.

Era tarde, me gustaba salir de mi habitación cuando estaba oscuro porque de esa manera evitaba a varios de los enfermeros y pacientes que pensaban que tenia 12 años e insistían en ayudarme, pero que este en esta silla no significa que sea una inútil.Andaba por los pasillos tranquilamente cuando me pareció ver a alguien acercarse, no sabia si me había visto o no pero decidí ir mas rápido intentando encontrar un lugar donde esconderme por lo que luego de varios minutos termine en el área de tratamiento o de rehabilitación, al menos estaba vacío y podría estar tranquila.

Pero obviamente con mi suerte algo tenia que salir mal, de alguna manera termine haciendo un mal movimiento y caí de la silla..no me dolió mucho pero ahora el problema era como subir de nuevo aunque estaba agradecida de que no hubiera nadie ya que no me gustaba que me ayudaran, no era una inutil.

La hora nocturna era de sus favoritas por dos razones: O no tenía trabajo y podía deambular por todos los pasillos del hospital haciendo apuntes menores y, si tenía mayor suerte, encontrar algún ente o ser mágico que quisiera platicar con él; o a esas horas el trabajo lo agobiaba porque siempre venían accidentes a urgencias y lo llamaban a él para ayudar a atender choques, atropellados, muertos, de todo podía ocurrir a esas horas de la noche... sin embargo esa noche sucedió lo primero.

Deambulaba por los pasillos y éstos no emitían sonido alguno más que el sonido de sus pasos en el piso y que hacían eco con las largas paredes sin final. Se sabía el camino del hospital, pero prefería no pensar en eso y mejor ver a dónde lo pararía su pasar, quizás llegaría a zonas bizarras del edificio, como ya le había pasado numerosas veces en el pasado.

Llegó a una zona familiar la cual a estas horas no estaba funcionando. La zona de rehabilitación. Curiosamente ésta sala le llamó la atención por el ruido que estaba siendo emitido y, creyó que provenía de aquel lugar.

No le daba miedo ni los fantasmas ni los entes ni nada, por lo que sin titubear abrió la puerta de aquel salón y, sorprendiéndose, se encontró con una joven niña tirada en el suelo, batallando por... a juzgar por su alrededor y el ambiente en el que se encontraba, dedujo que por subir a su silla de ruedas.

—Déjame ayudarte. —entró al salón y, en vez de reñirla por andar sola a estas horas, prefirió brindarle su ayuda en sentarse de nuevo en su silla.

Entonces escuche una voz, al principio me asuste un poco porque me sorprendió pero mi rostro no mostró miedo sino enojo, solo era uno de esos molestos enfermeros que venia a ayudarme haciéndose el bueno, no me importaba que ese fuera su trabajo...no necesitaba la lastima de nadie.

-No me toques! -Dije enojada entre dientes mientras apartaba su mano con un golpe-

No iba a subirme con el mirándome, realmente era humillante así que simplemente me sentaría ahí y esperaría a que se fuera, si no lo hacia en un par de minutos entonces tendría que comenzar a apartarlo con mi actitud algo agresiva,no es que disfrutara ser de esa manera pero no tenia otra opción.

-Si vas a quedarte ahí parado por lo menos date vuelta, no me gusta que me vean cuando me subo. -Algo me decía que ese enfermero rubio de ojos azules y mirada fría no se iría fácilmente así que simplemente me subiría a mi silla y me largaría a otro lugar lejos de el y de todos-

Retrocedió un paso al notar la violenta actitud de la paciente. Arqueó levemente una ceja, pero no pronunció palabra alguna. Suspiró y asintió. —Bueno. —suspiró, sabía que en este tipo de situaciones la obligación no era una opción muy fiable.

Miró hacia atrás y halló una silla. Se acercó y se sentó en ella, mirando a la paciente que parecía muy arrogante o algo así. —No te ayudaré, pero necesito verte en caso de cualquier situación, ignora mi presencia. —le dijo y le tomó muy poca importancia a la castaña, supuso que por su actitud no podría subirse sola, pero de cierta manera también creía que podría hacerlo.

Ojalá sea el caso porque no se veía que le pediría ayuda... y tampoco le gustaba estar con ese tipo de pacientes.

Mierda, al menos confiaba en que no se riera de mi porque sino juraba que le pisaría los pies con las ruedas de mi silla y luego me iría a quejar con el director para que lo despidieran.Suspire frustrada y puse mis manos sobre el asiento de la silla para aferrarme, de esta manera arrastre mi cuerpo hasta que mi pecho quedo sobre donde iba mi trasero, esta era la razón por la que no quería que me viera ya que no se veía mi cara sino mi trasero ademas de que lucia como una estúpida.

Al cabo de unos minutos ya estaba sentada en mi silla y ahora miraba de mala manera al enfermero pero no dije nada y simplemente fui hasta una mesa donde había dejado anteriormente una de mis libretas de dibujo,luego tome un lápiz que tenia en un bolsillo y me quede dibujando frente a una gran ventana que daba una gran vista de la ciudad, dándole la espalda al enfermero esperando que se largara pero aun tenia esa sensación de que no lo haría.

-Estoy bien, agradeciera si te largaras de aquí.-No se ni para que me molestara, no era porque me odiara sino porque era su trabajo y a menos que no le importara ser despedido no dejaría a un paciente solo en medio de la noche en un lugar que no era su habitación, al menos agradecía que no me obligara a irme-

Aunque no era de obedecer órdenes de quien no debía, más por simple ética no miró a la chica y la dejó hacer lo que tenía que hacer. Se apoyó sobre sus rodillas y miró hacia el otro lado de la sala, estaba completamente silenciosa si ignoraba los leves sonidos que la chica estaba emitiendo.

Supuso que estaba logrando subirse a la silla.

Suspiró, ya se estaba tardando... pero sabía que si volteaba recibiría gritoneos y demás cosas que... sinceramente no quería recibir a esas horas de la noche.

Volteó su rostro y miró que la chica ya estaba a punto de subirse, calculó bastante bien a decir verdad. Se reacomodó en la silla y miró ahora a la chica, quien le veía directamente a los ojos.

Recibió un ataque verbal por parte de la menor. —Lo haría si tú no estuvieras aquí. —respondió finalmente. —Después de todo mi trabajo es cuidar de los pacientes. —soltó finalmente, aunque sabía que debía regresarla a su habitación.

Ugh, sabia que diría eso y lo peor de todo era que tenia razón.

Di la vuelta a la silla y me quede mirando al chico fijamente, analizándolo.No tenia mal aspecto pero bueno casi todos los enfermeros y enfermeras de por aquí podrían ser considerados "atractivos" y no lo negaba pero algunos eran o demasiado amables o insoportables o extremadamente malhumorados -se que yo también soy malhumorada pero no entiendo que es lo que esperan si tengo que estar todo el día encerrada aquí- y alguno que otro que parece ni importarle los pacientes como si solo se dedicaran a conseguir el número telefónico de las enfermeras o tener suerte con algún paciente que tenga mucho dinero y les de algo debido a su "buen trato".No pasa muy seguido aunque no es imposible aunque no tardan mucho en despedirlos, creo que eso es lo mas divertido de estar aquí, ver todos los dramas que arman entre los empleados del hospital y algún que otro paciente que esta mal de la cabeza y dice cosas sin sentido, nunca se dan cuenta que yo estoy observándolos porque, ¿Quien sospecharía de un chica que tiene apariencia de una niña de primaria? Yo creo que nadie.

Como dibujar la ciudad ya me aburrió -tengo como 3 dibujos iguales del mismo paisaje solo que con diferentes técnicas- decidí tomar el valor suficiente como para dibujar al enfermero, si no se iba a ir de aquí entonces tendría que sacarle provecho a al situación.Entonces me di cuenta de su extraño rulo ¿Estaba flotando o era imaginación mía? De cualquier manera era bastante original y nunca había dibujado nada igual así que mejor para mi, pero ya me comenzaba a imaginarme las burlas que le habrán dicho en primaria pero por su actitud no creo que le importara mucho o que siquiera se hubiera dado cuenta.

-Quedate quieto.

Arqueó una ceja al escuchar la frase de la joven, al parecer su mal humor había desaparecido o al menos eso podía sentir. No hizo otra cosa más que quedarse quieto sin pedir explicaciones... hasta que se fijó que tenía una especie de cuaderno de dibujo, supuso que lo estaría retratando o algo así.

Relajó su rostro y buscó acomodarse de una manera natural y sutil, de tal forma que no se cansara en el transcurso, quizás iba para largo. Suspiró suavemente y comenzó a distraerse con varias cosas, como el qué diría cuando vean que no está en su turno, o en dado caso que lo llegaran a descubrir qué diría para encubrir a la paciente y a él mismo, o también el porqué están alejados hasta aquí: no era broma el pensar eso, ya habían ocurrido muchos demasiados incidentes de este tipo.

Suspiró nuevamente, y miró, con curiosidad. —Supongo que me estás retratando. —dijo, afirmando aunque esperaba una respuesta más clara de la castaña.