Again, 16 buenas razones [Priv\\Ivan]
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Again, 16 buenas razones [Priv\Ivan]
Una fría noche de Diciembre, cuyos pequeños copos de nieve comenzaban a amontonarse afuera, sobre las calles y marcos de las ventanas. Un pelinegro no podía dormir, a pesar de que la madrugada ya comenzaba a hacerse notar. ¿Eran la una, dos de la mañana? Quizás estaba cerca o ya pasó esas horas, de todos modos se aburría como ostra.
Daba vueltas por toda la cama, demasiado aburrido. Así que prefirió tomar el control remoto, para ver un poco la televisión, aunque hubiera repeticiones y demás, lo que fuera estaba bien. Hacer "zapping" era muy aburrido, no pasaba de infomerciales o algo que ya vio. Cuando repentinamente una idea llegó a su mente. ¡Pero por supuesto, los canales cerrados! Su hermano le prohibió ver esa programación, aunque al otro se le olvidó poner la contraseña sin que él la viera. Vaya descuido.
Por lo que sin más cambió el canal hacia uno de ellos, pulsando la contraseña. Lo que vio lo dejó de piedra en más de un sentido: se trataban de canales porno. Su cara se puso más roja que un jitomate, y su boca no se podía cerrar. Hasta que reaccionó segundos después, apagando la tele en un tris.
Aquélla visión no le había parecido del todo agradable, pero hacía mucho que no sabía del tema por voluntad propia. Y ciertamente, todos esos meses de represión ya estaban haciendo mella en su cuerpo, y una muy notoria se alzaba por debajo de su pijama.
Aún con toda la pena del mundo se quitó la sábana, y bajando sus pantalones descubrió su prominente erección. Cerró con fuerza los ojos, llevando su mano hacia su "cosa".
Aunque se quedó pensando, ¿en qué o quién debería pensar? No tenía planeado volver a encender el televisor, por lo que se puso a cavilar en quién sería el mejor "candidato". Pero por desgracia no había muchos, que le eran tan agradables o indiferentes como para usar sus imágenes para sus "cochinadas".
Lo meditó unos minutos, y después de explorar un poco por internet llegó a una conclusión. No era tan malo pensar en tu hermano mayor con esas finalidades, ¿verdad? Claro, siempre y cuando no pasara de la fantasía.
Y así se dio a la tarea de autosatisfacerse lo más rápido que pudiera. Pero al parecer su cuerpo no deseaba hacer su mandato a su voluntad, obligándole a disfrutar cada trozo de imagen mental al cien por ciento. Con demasiada delicia junta no pudo evitar gemir un poco, y nombrar a su hermano con aquél tono de voz un tanto ronco.
Daba vueltas por toda la cama, demasiado aburrido. Así que prefirió tomar el control remoto, para ver un poco la televisión, aunque hubiera repeticiones y demás, lo que fuera estaba bien. Hacer "zapping" era muy aburrido, no pasaba de infomerciales o algo que ya vio. Cuando repentinamente una idea llegó a su mente. ¡Pero por supuesto, los canales cerrados! Su hermano le prohibió ver esa programación, aunque al otro se le olvidó poner la contraseña sin que él la viera. Vaya descuido.
Por lo que sin más cambió el canal hacia uno de ellos, pulsando la contraseña. Lo que vio lo dejó de piedra en más de un sentido: se trataban de canales porno. Su cara se puso más roja que un jitomate, y su boca no se podía cerrar. Hasta que reaccionó segundos después, apagando la tele en un tris.
Aquélla visión no le había parecido del todo agradable, pero hacía mucho que no sabía del tema por voluntad propia. Y ciertamente, todos esos meses de represión ya estaban haciendo mella en su cuerpo, y una muy notoria se alzaba por debajo de su pijama.
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